La defensa del mar patrimonial

Abstract

Los inusitados progresos de la ciencia en todos los campos del conocimiento y la visión cada vez más amplia que tiene la humanidad sobre la conservación y el aprovechamiento de los recursos naturales finitos del planeta, plantean nuevos paradigmas sobre el desarrollo de los países de cara al futuro, muy especialmente para las naciones que tienen acceso al mayor de los ecosistemas que existen dentro de la biosfera: el mar. El mar es una fuente inagotable de recursos y para muchos especialistas, en él reside la esperanza del bienestar futuro de la humanidad. De hecho, el comercio mundial se sustenta actualmente en el transporte marítimo, medio a través del cual se mueve más del 80% de las mercancías de intercambio entre las naciones; cerca de un 90% de las actividades turísticas y casi el 100% de la pesca mundial, también se realiza en el mar o está asociada a los recursos costero-marinos. Esta realidad alcanza mayor relevancia para países que, como la República Dominicana, la mayor parte de sus límites terrestres, son compartidos con el mar. De los 1966 kilómetros de fronteras terrestres, el país tiene 1576 (un 80%) de costas y a penas 390 (un 20 %) compartidos con Haití. Eso quiere decir que los dominicanos deben vivir de cara al mar, haciendo un uso sostenible de sus recursos y creando los mecanismos para hacerlos más útiles y aprovechables.